Huracán va a dar pelea hasta la última fecha. Le ganó 1-0 a Platense con un gol de la perla Erick Ramírez, quedó a dos puntos de Vélez y Talleres y el domingo buscará el título esperando una combinación exacta para la gloria: ganar en Liniers y que Talleres empate o pierda con Newell’s en el estadio Mario Alberto Kempes. La organización del fútbol argentino puede tener muchas críticas, pero el domingo que viene tendrá un final para el infarto, como hacía tiempo no se vivía.
Hace 53 años, el 3 de octubre de 1971, Huracán fue a la cancha de Vélez, que todavía no había sido remodelada para el Mundial 78, en la última fecha del torneo Metropolitano de 1971. Los titulares venían de una gira agotadora por Centroamérica, el equipo estaba por la mitad de la tabla, de un torneo que contaba con sólo 19 equipos y que definían el equipo de Liniers, puntero, e Independiente, escolta. Los jugadores de aquella época no hablan de incentivación, pero hubo llamados desde Avellaneda a Parque Patricios. Vélez ganaba 1-0 al minuto de juego pero el Globo lo dio vuelta, se impuso 2-1, le arruinó la fiesta al local y el campeón resultó el Rojo. Eran tiempos en que los rivales no pasaban a ser enemigos acérrimos por estas cuestiones.
El 5 de julio de 2009, Huracán llegó al José Amalfitani para disputar la última fecha del torneo Clausura como único líder. Pero el escolta, a solo un punto, era nada menos que Vélez. La jornada decisiva fue una verdadera final, que tuvo su demora primero una semana por la gripe A y durante el encuentro unos 20 minutos por una fuerte caída de granizo. La historia es conocida, Vélez ganó 1-0 con gol de Maxi Moralez y fue campeón. Las protestas de Huracán por una supuesta un gol anulado por posición adelantada por el línea, por la falta a Monzón aún continúan. Del otro lado, por una falta de Arano a Cubero. Lo cierto es que el árbitro Gabriel Brazenas ya no volvió a dirigir. Para los quemeros, desde ese momento, los fortineros pasaron a ser enemigos de por vida. Mucho más cuando dos años después, Vélez fue campeón del Clausura 2011 en el Palacio Ducó.
En el fútbol muchas veces se da la idea del Eterno Retorno, es decir, Una vez cumplido un ciclo de hechos, estos vuelven a ocurrir con otras circunstancias, pero siendo, básicamente, semejantes. El domingo 15 de diciembre, en el Amalfitani, Vélez y Huracán serán protagonistas otra vez de la definición de un título, con otras circunstancias.
Huracán tenía la obligación de ganar el partido ante Platense para seguir en la pelea. Por eso salió decidido a pegar de entrada. Y lo hizo bien, fue dominador del partido desde el inicio. Y a los cinco minutos tuvo una clarísima: pase de Wanchope Abila para Mazzantti, el delantero la paró pero achicó muy bien Cozzani y se quedó con el balón.
Platense no encontraba la manera de llegar al arco de Galíndez y el Globo seguía siendo protagonista. Cozzani bajó en dos tiempos una pelota ante el acoso de Wanchope y el propio delantero tuvo la mejor situación a los 23 minutos: se fue en velocidad, le ganó el mano a mano a Suso, tocó ante la salida del arquero y la pelota se fue apenas desviada.
La primera media hora fue toda del local, pero el Calamar, que también necesitaba los tres puntos para meterse por primera vez en su historia en una copa internacional, reaccionó y empezó a asediar, a puro centro, el área local. No contó con chances clarísimas pero durante un rato el Globo la pasó mal.
El segundo tiempo empezó con todo, con ambos decididos a ganar. El Calamar tuvo dos remates al arco, uno de Picco y el otro de Marcich y entre ambos se lució Galíndez cortando justo una acción de riesgo. Después, tras un centro de Mazzantti, Wanchope Abila falló el cabezazo en el área chica. Sin respiro, el Globo continuó siendo un poco más peligroso que el Calamar.
A los 21 minutos, en una posición inmejorable, Wanchope definió mal y se perdió el gol del triunfo. Antes de los 30 minutos, Saborido logró sacar de cabeza al córner un centro cuando detrás tenía al 9 del Globo relamiéndose. Y finalmente, a los 32 minutos, tras otro lateral al corazón del área, Cozzani apenas rechazó y la Perla Ramírez, con una pirueta, marcó el gol del triunfo de Huracán, que sueña con dar el gran golpe el domingo en el Fortín.
