Con la obtención de la Copa Libertadores y este domingo del Brasileirao gracias al 2-1 sobre Sao Paulo en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro, en pocos días Botafogo mató el ofensivo apodo de mufa que arrastró toda su vida. El club que más futbolistas aportó a la selección de Brasil, era el único carioca sin el máximo trofeo continental tras la coronación de Fluminense y desde sus comienzos parecía signado por la mala suerte. Hay que remontarse al Siglo XIX.
Botafogo es un bello barrio de la bahía de Guanabara, vecino de Flamengo. Frente al mar y con vista directa al Pan de Azúcar era natural que la entidad empezara en el agua, cuando el fútbol solo era un esbozo en Brasil. Así, se fundó el Grupo de Regatas Botafogo de la misma manera que el Fla se inició como un club de remo. Uno de sus fundadores en 1891 fue Luiz Caldaz, quien murió pocos días después del nacimiento del club. Mala señal.
En 1900 otro grupo de adolescentes decidió tener un equipo de fútbol y lo bautizaron Electro Club pero Chiquitota, la abuela de Flavio Ramos, uno de los que había iniciado el proyecto, se indignó con semejante nombre. “Mi Dios. ¡Qué falta de imaginación!, Viviendo donde vives el club solo puede ser llamado Botafogo”, le dijo a su nieto y así nació el Botafogo Football Club que mantuvo su vestimenta original, camiseta con franjas blancas y negras. Había sido idea de Itamar Tavares, primer vicepresidente quien había estudiado en Italia y era seguidor de Juventus.
El club de regatas y el de fútbol también tenían otras actividades. El básquetbol, por ejemplo. A mediados de 1942 jugaron un amistoso de ese deporte y poco después moría súbitamente Albano, del Grupo de Regatas. Fue tal la conmoción popular y el impacto en las dos entidades que se sintieron hermanas por esa desgracia y decidieron fusionarse. Así, el 8 de diciembre de 1942 nació el Botafogo Fútbol y Regatas, tal como lo conocemos hasta ahora.
Aunque el remo siguió teniendo apoyo en el nuevo club, el fútbol ganaba popularidad en todo el país y Botafogo sumaba hinchas, el apodo de O Glorioso o La Estrella Solitaria por la figura de su escudo y también dominaba las competencias de la ciudad.
Manga, Nilton Santos, Didí, Garrincha (nada menos), Zagalo, Gerson, Amarildo y Jairizinho son los apellidos más ilustres que produjo O Glorioso. Quarentihna, con 308 goles entre 1954-65, su máximo goleador histórico. Mucho más cerca en el tiempo llegó a jugar Clarence Seedorf por un breve período. Los argentinos más conocidos que vistieron la camiseta albinegra fueron Víctor Cuesta, Walter Montillo y Joel Carli. Y ahora, rescatado de la MLS, Thiago Almada es la nueva joya.
La época de gloria fueron las décadas del 50 y del 60 con cinco de los 20 títulos cariocas, el último en 2013. Solo había campeón del Brasileirao en 1995 y sufrió tres descensos. El año pasado llevaba casi 20 puntos de ventaja y perdió el campeonato en las últimas fechas. Este domingo, coincidiendo con su cumpleaños, se tomó revancha, se coronó campeón del Brasileirao y sumó la doble corona con la Libertadores obtenida en el Monumental ante el Mineiro.
El fútbol de Botafogo es manejado por una SAD. En 2020, en una situación financiera económica que lo puso al borde de la quiebra y con la Ley SAD recién sancionada, el club de la bahía estaba en un nudo parecido al que sufrió Racing en 2001. Así, se decidió pasar a manos privadas el 90% de las acciones del fútbol a Eagle Football Holding, con el empresario John Textor con la mayor parte del paquete. La reorganización administrativa y deportiva tuvo éxito y en apenas cuatro años Botafogo logró que nunca había obtenido. Y, sobre todo, borró para siempre ese estigma de club embrujado.
Botafogo campeón, salvada milagrosa para Mineiro y Fluminense y caída para Paranaense
Botafogo se aseguró el título del Brasileirao gracias al triunfo por 2-1 sobre Sao Paulo. Ganaba con un gol del venezolano Savarino y lo cerró con un agónico tanto de Gregore que llegó luego del empate parcial de William. Así le sacó seis puntos de distancia a Palmeiras, que perdió por 1-0 como local con Fluminense, que así zafó del descenso. La misma buena suerte corrió Atlético Mineiro, ya sin Gabriel Milito, que le ganó 1-0 a Athletico Paranaense de Lucho González y lo condenó a caer a la Segunda División.
Así, luego de una última fecha apasionante, Palmeiras, Flamengo, Fortaleza, Internacional, Sao Paulo y Corinthians -el equipo de Ramón Díaz goleó 3-0 a Gremio con un gol de chilena de Memphis y llegó a los nueve triunfos al hilo- se metieron en la próxima edición de la Copa Libertadores junto a Botafogo.
A la Sudamericana, en tanto, irán Bahía, Cruzeiro, Vasco da Gama, Vitoria, Atlético Mineiro y Fluminense. Al descenso, finalmente, se fueron Parananense, Criciuma, Goianiense y Cuiaba.
