Una política impositiva específica, con menor presión en los primeros años de vida de una empresa; menores costos y cargas sociales, junto a una solución para la problemática de los despidos y la industria del juicio; un mayor acceso al financiamiento en todos los estadíos del ciclo vital de una empresa. Estas son las principales demandas del ecosistema emprendedor al Gobierno, a las que se suman la simplificación de trámites y la desburocratización de la administración pública.
Los datos, que ponen de manifiesto la actualidad del sector, surgen de la primera encuesta nacional a emprendedores de la Argentina, realizada entre septiembre y octubre por la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA), en colaboración con la con la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Emprendedores y Economía del Conocimiento (SePyME) y con el apoyo de la Fundación Naumann.
“El argentino es emprendedor y ese talento no existe en otros países. La Argentina es un semillero; pero lo que muchas veces no tiene es el contexto macro para explotar ese diamante en bruto. Da pena porque hay muchos emprendedores que están tomándose un avión a otros países para emprender”, señaló Ezequiel Calcarami, cofundador de ASEA.
En la Argentina, según datos de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa al cierre de 2023, hay cerca de 239.000 emprendimientos empleadores registrados, la mayoría de los cuales se concentra en Buenos Aires (30,5%), en Capital Federal (17,1%), en Córdoba (11,4%) y en Santa Fe (08,6%). Asimismo, los datos que exhiben que estos dan empleo a 881.000 y 1200 de ellos tienen carácter exportador.
Para el también CEO de Grupo Simpli, resulta clave que el emprendedurismo se consolide como una política de Estado, que perdure más allá de los cambios de gobierno. “De la pobreza -que en la Argentina alcanza a cerca del 60% de la población- se sale solo de dos maneras: con la educación y con los emprendimientos, y esto es algo mundial. La educación no es una opción que podamos controlar mucho, pero podemos fomentar el emprendimiento y bajar burocracias y barreras”, aseveró.
“Los emprendedores en la Argentina somos sobrevivientes: armás un negocio con cierta macroeconomía y en 12 meses las políticas cambian. Tenemos que ser una plastilina, tenemos que adaptarnos a diferentes condiciones todo el tiempo y eso genera que muchos también se rindan”, profundizó.
Ante ese escenario, Calcarami remarcó la responsabilidad de la clase política. Y a la hora de analizar el impacto de las medidas en el último año detalló: “El año pasado, tenías un negocio de importación y si podías traer un producto, eras Gardel; hoy, pasamos a un mercado en el que podés traer lo que quieras. Tenemos que buscar un equilibrio y plantear una estrategia sobre qué sectores cuidar y desarrollar para ser competitivos, y cuáles abrir a la competencia. No me parece correcto el concepto generalista de proteger o de liberar todo”.
En sintonía, Andrea Rochaix, fundadora de Nutrix AI e integrante del Comité Ejecutivo de ASEA, consideró: “La libre competencia es parte del juego y muchas veces nos ayuda a innovar. Desde ASEA, intentamos acompañar esa nueva política y visión, que nos beneficie con la promoción de un ecosistema que acompañe a los emprendedores y no los deje desamparados y afecte directamente”. “Cada vertical es diferente, pero tenemos que acostumbrarnos a eso, porque el mundo es cada vez más global. Tiene que haber un equilibrio”, enfatizó.
De acuerdo con los datos arrojados por la encuesta, el acceso al financiamiento -altas tasas y falta de líneas- es una de las principales dificultades que los emprendedores enfrentan a la hora de llevar adelante los negocios. No obstante, según el informe, el 50,6% de los emprendedores prevé aumentar sus inversiones con respecto a las del año pasado. Según ASEA, las principales fuentes suelen ser los ahorros personales (78,3%), seguido por reinversión de ganancias (22,3%) e inversiones de familia y amigos (22,1%).
Por otro lado, el informe exhibió que la generación de empleo es un objetivo primordial: el 50,28% dijo que mantendrá su planta y el 39,39% confirmó que la aumentará. Sin embargo, el 61,7% de los encuestados aclaró que considera difícil o muy difícil contratar, gestionar o retener empleados por temas como cargas laborales, la competencia por los salarios y la escasez de talento.
Para 2025 los emprendedores son optimistas respecto a sus negocios: el 56,36% de los encuestados dijo que sus ventas aumentarán, mientras que el 19,49% considera que se mantendrán igual. Asimismo, para los emprendedores, exportar es un desafío: el 73,31% lo considera difícil o muy difícil.
La burocracia es otro factor que incide en el día a día de los emprendedores: el 59,34% de los encuestados consideró difícil o muy difícil realizar trámites con el Estado. En tanto, a la hora de vincularse con potenciales socios, inversores o clientes, los emprendedores destacaron que la principal dificultad que enfrentan es no tener un mentor que le abriera contactos y vínculos (18,72%), seguida por no encontrar instituciones de apoyo emprendedor en su zona (18,10%).