ROSARIO.- Con vistas a la esperada recuperación del consumo, Paladini inició la construcción de una nueva planta productiva en Santa Fe. La obra forma parte de un plan de expansión que la empresa encaró en junio, mediante un desembolso estimado en US$21 millones, cifra que ahora trepó a los US$30 millones.
A partir de la nueva planta, Paladini prevé incrementar su producción de jamón cocido en un 70%, llevándola de 60 a 102 toneladas diarias. “Estamos invirtiendo en el core de nuestro negocio. Si bien hoy la categoría más demandada es la de vienas, porque es una proteína barata y, en muchos casos, adquirida para reemplazar a la carne, la línea de jamón cocido es muy importante para la compañía en términos de rentabilidad”, señaló Gustavo Bonvechi, gerente general de la firma durante una visita a las instalaciones de la que participó LA NACION. Asimismo, el ejecutivo afirmó: “De acá a dos años, creemos que tendremos una visión totalmente distinta del mercado y que este será un producto mucho más demandado. Tenemos que estar preparados”
De acuerdo con las proyecciones, el nuevo centro será puesto en marcha en 18 meses. El proyecto de inversión incluye también la ampliación de la planta de salchichas de vienas, a fin de incrementar su capacidad en un 30%; y la ampliación del área de expedición, con el propósito de duplicar las posiciones de refrigerados y congelados.
La decisión responde a una estrategia definida por la compañía, basada en la amplitud de marcas. “El gran desafío que tenemos por delante para sostener nuestra estructura es adaptarnos al mercado y abastecer a toda la pirámide. Desde hace 101 años, en cualquier contexto, Paladini creció, se mantuvo, invirtió y compró empresas. Seguiremos haciendo negocios. Sabemos hacer negocios en este contexto, en contextos muy buenos y en otros muy malos”, aclaró Bonvechi.
En esa línea, precisó: “Pasamos meses muy complicados de ventas en términos de volumen, aunque en los últimos tres empezamos a sacar la cabeza del agua y crecimos incluso hasta casi un 7% respecto del año anterior”. Esto fue posible, de acuerdo con el ejecutivo, gracias a la resignación del margen de ganancia hasta los niveles mínimos para sostenerse. “Nuestro objetivo es mantenernos en el mercado. Queremos defender nuestra participación y nuestro liderazgo”, resaltó.
A la hora de analizar el contexto macro, Pablo Paladini, presidente e integrante de la tercera generación de la compañía, consideró: “En un escenario con menores índices de inflación, ya no hay margen para el concepto ‘remarco por las dudas por el dólar’ ni para trasladar las subas a los precios. Tenemos que ser conscientes de que hay que trabajar puertas adentro para bajar los costos y ser más eficientes”.
En la última década, Paladini avanzó en un plan de crecimiento con un foco claro. Luego de la crisis de las hipotecas subprime, y en un momento marcado por el ingreso de jugadores de peso desde Brasil y desde otros países limítrofes, el directorio decidió crecer y evolucionar, a fin de dejar de ser un frigorífico y productor de fiambres para convertirse en una firma alimentaria. Así, la compañía incursionó en nueve categorías, a la vez que desarrolló tres marcas y tres submarcas, a fin de atender las nuevas necesidades del consumidor. A su portafolio habitual de fiambres, salchichas y frescos -que incluye chorizos y morcillas- se sumaron quesos, pastas, tapas de empanadas y tartas, hamburguesas, nuggets, medallones de pollo, milanesas de soja y papas.
“Trabajamos sobre cuatro ejes estratégicos: crecer en los mercados actuales; diversificar la cartera; internacionalizar nuestras marcas en el mediano plazo; e integrarnos verticalmente para ser competitivos”, explicó Marcelo Díaz, gerente comercial.
Actualmente, Paladini está emplazada en un predio de 43.000 metros cuadrados en Villa Gobernador Gálvez, en la provincia de Santa Fe, donde cuenta con seis plantas, a las que se suma otra en Pergamino. Tiene nueve centros de distribución a lo largo del país; brinda empleo a 4000 trabajadores directos e indirectos; y comercializa 100.000 toneladas de alimentos al año. Según sus relevamientos, concentra el 23% del market share de chacinados a nivel nacional y el 75% del mercado en Rosario: así llega a más de 3 millones de hogares con algún producto diariamente.
