«Las defensas estamos completamente sorprendidas; nunca habíamos visto en un juicio oral y público que el Ministerio Público Fiscal y la querella no presenten ni valoren evidencia durante el proceso», comentó, y añadió: «En casi dos años de juicio, testificaron entre 60 y 70 personas, la mayoría propuestas por ellos mismos, pero no lograron sostener nada de lo que habían planteado en la investigación».
El abogado criticó la gestión de la querella con los testigos, indicando que muchos se contradijeron, ocultaron información o incluso mintieron para apoyar la narrativa de la Fiscalía de Estado. No obstante, en los alegatos no se mencionaron las declaraciones dadas durante el juicio.
«Han recurrido a la prueba documental, rehaciendo un acto procesal ya cerrado, lo cual no es válido. Básicamente, tomaron el requerimiento de elevación a juicio, lo leyeron y lo adornaron. En el caso de la Fiscalía de Estado, hicieron una presentación casi teatral», comentó en referencia a la exposición del abogado querellante Rubén Pontoriero, quien utilizó pantallas y un micrófono especial.
Respecto a esta presentación, opinó que Pontoriero seleccionó fragmentos de los expedientes que respaldaban su teoría, aunque considera que esa estrategia fue insuficiente. «No demostraron nada concreto; todo son suposiciones, las mismas que usaron para iniciar la causa. En esta etapa, deberían haber presentado pruebas concluyentes», afirmó.
Defensor de la inocencia de Graffigna y crítico de lo que considera un abuso de la jurisdicción penal, el abogado sostuvo que el caso fue construido y que hubo intereses políticos determinantes en su configuración. Señaló directamente a Guillermo De Sanctis, miembro de la Corte de Justicia y ex Fiscal de Estado cuando surgió la causa.
«Sabemos desde el inicio quién construyó esta causa. Usaron la jurisdicción penal, el poder estatal y la influencia política para intimidar, cambiar jueces y fiscales, y manipular a los testigos», expresó. «Hubo personas con ambiciones personales que pasaron de asesores a ocupar altos cargos en la justicia, ascendiendo hasta la cumbre», indicó, confirmando su referencia al actual miembro de la Corte.
A pesar de entender que la parte acusadora intenta influir en el tribunal compuesto por los jueces Silvina Rosso de Balanza, Matías Parrón y Martín Heredia Zaldo, afirmó que el tribunal debe actuar con justicia y estar por encima de cualquier presión. «Tenemos la esperanza de que el tribunal actúe con imparcialidad y justicia», concluyó.