POSADAS, Misiones.- Por primera vez desde su nacimiento en 2002, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) decidió no acompañar la celebración más importante del producto que representa: el mate. Ayer empezó en Apóstoles, epicentro de las principales industrias del sector, la 46a. edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Mate que se extenderá hasta el domingo. El INYM tendrá una presencia mínima, casi testimonial, cuando tradicionalmente fue el principal sponsor de la celebración. El organismo fue desregulado por el DNU 70/2023 de Javier Milei, con lo cual perdió la potestad de fijar los precios oficiales de la materia prima: la hoja verde y la yerba canchada.
La fiesta incluye exposiciones de las principales marcas, paseos gastronómicos, charlas técnicas y números musicales en el gran escenario donde por estos días pasarán figuras como el Chanco Spasiuk, Los Palmeras y Coti Sorokin, entre otros.
Tras tener una gran presencia e importancia hasta el 10 de diciembre pasado, como regulador de una economía regional que estaba considerada entre las de mejor desempeño por el semáforo que elabora Coninagro, el INYM comenzó una rápida decadencia y hoy está amenazada su supervivencia en 2025.
“No hay plata”, dijo un director del INYM a LA NACION, al explicar los motivos del retiro de la fuerte presencia que solía tener. En un comunicado, el organismo explicó que “debe asignar prioridades”, y destacó que estará presente con algunas actividades técnicas en el evento.
Según pudo averiguar LA NACION, los organizadores de la Fiesta Nacional de la Yerba Mate le habían pedido al INYM 30 millones de pesos para costear parte del evento este año. Ya el mes pasado no asistió a la SIAL de París, la fiesta de alimentos más importante de Europa donde solía llevar un stand y acompañar a una docena de industrias yerbateras ayudándoles a financiar su presencia en esa exposición.
Ayer, durante la inauguración oficial, en el predio permanente que tiene la Fiesta de la Yerba en pleno centro de Apóstoles, el exgobernador y actual titular de la Legislatura, Oscar Herrera Ahuad, criticó duramente a las actuales autoridades del INYM.
“Como legislador y persona que ha trabajado al lado del sector productivo estoy admirado negativamente al enterarme de una de las medidas de austeridad más grandes de los últimos años: que el Instituto Nacional de la Yerba Mate no acompañe la organización. Ojalá que esa austeridad, esos miles de millones de pesos que están guardados en una cuenta bancaria, sea en beneficio de nuestros productores. Que lo que ahorraron acá vaya a un productor, a una cooperativa, que vaya al sector primario”, cuestionó. Las críticas de Herrera Ahuad se sumaron a otras que recibió el INYM en los últimos días de productores que no se sienten representados por el organismo.
Herrera Ahuad fue uno de los dirigentes que aquí dijo que si ganaba Juntos por el Cambio o Javier Milei iba a sobrevenir una dura etapa de libre mercado para el pequeño productor. “En las elecciones se juega el futuro de 12.500 productores de nuestra provincia que le vienen a sacar todo, la desregulación del sistema ya la pasó Misiones. Significa la desparición de 12.500 productores de un plumazo, lo va a manejar el mercado, ¿sabés quien es el mercado? Cuatro o cinco industrias”, señaló, en una entrevista con LA NACION días antes de las PASO 2023.
La ausencia del INYM en la Fiesta de la Yerba Mate, en un organismo que tiene como uno de los objetivos la promoción del mate, pone un signo de interrogación sobre su futuro. El gobierno nacional hasta ahora se ha dedicado a ignorar al INYM, al que se negó a nombrarle un presidente a través de la Secretaría de Agricultura de la Nación: así quedó condenado a la acefalía y a una mayor limitación de sus decisiones. En el INYM también están industrias, productores, secaderos, molinos y los gobiernos de Misiones y Corrientes.
Pero, además, el INYM se fondea con la recaudación de la estampilla obligatoria, llamada técnicamente Tasa de Fiscalización, que va en cada uno de los 500 millones de paquetes de yerba mate que se venden en el mercado interno cada año. Es la Secretaría de Agricultura la que debe aprobar la actualización del valor de esa estampilla y algunos exdirectores del INYM que dialogaron con LA NACION dudan de que haya luz verde para un incremento del valor de la estampilla. En algunas conversaciones preliminares, Agricultura le pidió a los directores del INYM que le envíen un presupuesto “innovador”, y que el organismo busque reinventarse y asumir un nuevo rol en un mercado desregulado, en lugar de resignarse a ser un ente residual donde trabajan unas 80 personas que cada día tiene menos protagonismo en el sector.
A partir del 1° de noviembre, el valor de la estampilla pasó de $18,20 a 25 pesos por cada kilo de yerba mate. Es el último incremento de una serie de aumentos escalonados, que le aprobó la Secretaría de Agricultura el año pasado cuando aún la manejaba Sergio Massa desde el Ministerio de Economía.
Tradicionalmente el INYM envía en noviembre su presupuesto para que Agricultura lo apruebe y fije el nuevo valor de la estampilla. Pero, esta vez, el organismo aguardará a diciembre cuando asuman las nuevas autoridades que renueva su directorio de 12 miembros.
Las cámaras que aglutinan a la industria, las cooperativas, los secaderos y los tareferos (UATRE), sumados a los gobiernos provinciales de Misiones y Corrientes, no tienen problemas en designar a sus representantes. Probablemente sigan los mismos que están ahora. Pero el problema es con los productores pequeños, que tienen tres sillas en el directorio y otros tres de directores suplentes. Nadie tiene más representación que ellos, que son la principal razón de ser de este organismo, nacido de un histórico tractorazo de productores en protesta por los bajísimos precios de la hoja verde en 2001.
Hoy en día los productores chicos no quieren participar del organismo y hasta hace unas semanas el INYM no conseguía a seis asociaciones yerbateras para ocupar otras tantos cargos. Tuvo que flexibilizar requisitos y extender los plazos para conseguir a duras penas seis candidatos que quieran integrar el INYM.
Mientras todo eso pasa, los productores no paran de reunirse en asambleas, debatir en grupos de whatsapp, y planear algún tipo de estrategia que les permita visibilizar sus reclamos y apuntalar el precio de la yerba mate. Hasta ahora gana consenso la decisión de no cortar hoja verde durante la cosecha de verano o zafriña, que arranca en diciembre. Pero a los productores les cuesta mucho ponerse de acuerdo y tienen muchas diferencias internas que generan dudas respecto a que puedan llevar a la práctica lo que resuelven en asambleas o reuniones virtuales.
Como muestra basta un botón: este año se pagó el peor precio en años de la hoja verde. Y, sin embargo, la cosecha gruesa fue récord y por primera vez en la historia, con los kilos de la zafriña se estima que se superarán los 1000 millones de kilos en 2024, cuando nunca antes se habían superado los 800 millones de kilos.