En septiembre del 2016, una noticia conmocionó a los sanjuaninos: la Justicia había confiscado unos campos en la cordillera que habían sido adquiridos con dinero de la droga proveniente del conocido Cartel de Juárez, y que podían ser utilizados para sacar el producto hacia Chile. Ahora el tema volvió a estar en el tapete porque el diputado nacional libertario José Peluc está buscando los antecedentes para determinar qué ocurrió con esas tierras. Si están en manos de la Nación o del Gobierno provincial y si se les puede dar algún uso por la proximidad con proyectos mineros, como en el caso de Los Azules.
“Necesitamos saber el destino de esos campos y ver qué uso les podemos dar”, sostuvo el legislador nacional. Y dependiendo de la información dijo que analiza “presentar un pedido de informes o ver qué camino se puede seguir”.
Entre las opciones sugirió ofrecerlo para exploración “a los proyectos mineros que hay en la zona, como en el caso de Los Azules”.
Los campos vinculados al negocio de la droga son los llamados Minitas, Totoras y Hornitos, cuyas posesiones en manos de narcos salió a la luz en septiembre de 2016, luego de la condena a siete implicados de lavar dinero del Cártel de Juárez y que se llevara a cabo un millonario decomiso de bienes. Entre ellos estaban los inmuebles calingastinos, los que fueron adquiridos entre 1997 y 1999, de acuerdo a la sentencia del Tribunal Oral Criminal Federal Nº 6, de Capital Federal. La causa recayó en un juzgado porteño porque los encargados de llevar a cabo las maniobras delictivas operaban en la Ciudad de Buenos Aires.
En aquel momento, en un fallo con la firma de los jueces Julio Luis Panelo, María del Carmen Roqueta y José Valentín Martínez, también se hacía referencia a los terrenos decomisados, que fueron identificados como Campo Minitas, Totoras y Hornitos, ubicados en la localidad de Calingasta en plena Cordillera de los Andes, muy cerca del límite con Chile.
También se detallaba la expropiación de otros bienes, como un departamento en Recoleta, otro en Bahía Blanca, varios vehículos de alta gama, además de bienes muebles valuados en alrededor de unos 25 millones de dólares.
A poco de conocida la noticia, incluso hubo planteos de la familia Collado, de Calingasta, para reclamar entre 7.000 de 13.000 hectáreas en la zona de Campo Minitas, Totoras y Hornitos. Decían ser los herederos de una familia que los había adquirido en 1925.
En el medio, incluso hubo una gestión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para traspasar las tierras a San Juan, pero no se sabe si, al final, el traspaso se materializó o no. Y es lo que busca determinar Peluc para avanzar en algún tipo de uso, como puede ser para la actividad minera.