Javier Milei definió como un «gran escándalo» que las autoridades de la Universidad de Buenos Aires se nieguen a ser auditadas por parte de la Sindicatura General de la Nación.
«¿Está claro que la negación por parte de la UBA a ser auditada es un gran escándalo?», se preguntó el Presidente en un posteo que hizo a través de su cuenta de X.
Este lunes, José Fretes, gerente de control de la SIGEN, presentó en el rectorado de la UBA una nota de forma y solicitar la realización de una auditoría sobre las casas de estudio.
«En definitiva movilizaron recursos de todo tipo para montar las marchas y usaron a los estudiantes en todo el país (con mentiras) para que no tuvieran que dar cuentas de sus gastos», agregó el mandatario.
Temprano, las autoridades universitarias brindaron una conferencia de prensa donde criticaron al Poder Ejecutivo por la falta de fondos.
«Se ha desfinanciado y eso es obvio, la UBA está haciendo un esfuerzo enorme, como también pasa con el Conicet que es una institución con la que estamos íntimamente ligados», afirmó el rector Ricardo Gelpi.
La UBA, además, rechazó la «intervención del Gobierno» a través de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y señalaron que el objetivo del Ejecutivo es «atacar la libertad académica».
Además, señalaron que actualmente se realizan auditorías y llamó a organizaciones independientes para hacer «una auditoría especial sobre el sistema de control interno de la universidad para brindar información indudable a la ciudadanía».
«Entendemos que la SIGEN no tiene las competencias para auditar a las universidades. Esto no significa que nos oponemos a las auditorías. Queremos ser auditados lo que sea necesario dentro del marco de las instituciones, y decidimos presentarnos ante la Justicia para que decida si el procedimiento que quiere llevar a cabo el Gobierno se encuentra dentro del marco legal vigente. Nosotros entendemos que no, pero acataremos lo que decida el Poder Judicial», puntualizó.
Sin embargo, el titular de la SIGUEN, Miguel Blanco, expresó que la autonomía universitaria no está en discusión, sino que el tema son los fondos públicos.
«Hay indicios que refuerzan nuestra idea de tener que auditar. Las universidades reciben fondos públicos por dos vías: uno no sujetos a rendición de cuenta pagar salarios, y otros a través programas que sí requieren rendición de cuentas, y en la UBA tiene pendiente de rendición significativos montos de esos convenios ¿Por qué no han rendido? Es lo que queremos auditar», explicó en diálogo con radio Continental.