Cuando Samsung presentó el smartphone con pantalla plegable Galaxy Fold, en 2019, la compañía eligió un diseño particular, con una pantalla plegable interior de 7,3 pulgadas y una pantalla exterior con un diseño más angosto que el de un celular convencional, de 4,6 pulgadas con unos marcos enormes, un tamaño que un lustro después nos parece insólito por lo acotado, que fue mejorando con las sucesivas generaciones pero manteniendo su formato ultra alargado, y que ahora la compañía corrige con un modelo que acaba de presentar en Corea del Sur, y del que todavía no se sabe si ofrecerá en el resto del mundo: el Samsung Galaxy Z Fold Special Edition, que corrige una de las quejas más frecuentes entre los usuarios en estos años.
Desde la presentación del primer Galaxy Fold en 2019 pasaron dos cosas: por un lado, aparecieron los teléfonos plegables tipo flip, con el Motorola Razr como pionero, también en 2019 (el modelo más reciente es el Razr 50 Ultra, que ya se vende en el país), seguido por la familia Galaxy Z Flip de Samsung (el último es el Flip6, presentado a mitad de año) y sus competidores de múltiples compañías, incluyendo los Oppo Find N Flip (van por el N4), los Huawei Nova Flip, Nubia Flip 5G y los Phantom V Flip2 de Tecno que llegarán al país este año, y el Xiaomi Mix Flip que la compañía china presentó hace unos meses; todos ellos confluyeron, rápidamente y sin demasiado alboroto, en un diseño y tamaño muy similar, con pantallas internas de entre 6,7 y 6,9 pulgadas, pantallas externas que ocupan la mayor parte de la tapa (entre 3,5 y 4 pulgadas), y un volumen y grosor muy parecidos.
En el caso de los smartphones plegables tipo fold, hubo un primer intento de Huawei, que no prosperó, de usar un diseño con una sola pantalla plegable, externa y expuesta, que desechó y luego recuperó este año con el Huawei Mate XT de doble bisagra. El resto de los fabricantes tomó la posta de Samsung, pero con una diferencia: privilegió, para la pantalla frontal, un tamaño y aspecto estándar (la relación entre el alto y ancho); lo hizo Google con sus Pixel Fold; lo hizo OnePlus con su Open; lo hicieron también Oppo, Vivo, Tecno y muchas compañías más. La intención: que cuando el teléfono está cerrado (es decir, con la pantalla interior plegada) el dispositivo se parezca lo más posible a un smartphone convencional. Todos se ajustaron a este paradigma, salvo Samsung, que fue modificando el diseño del teléfono, pero manteniendo el concepto original: una pantalla frontal angosta.
El Samsung Galaxy Z Fold Special Edition que la compañía presentó hoy en Corea del Sur es un cambio notable en ese sentido: tiene una pantalla externa de 6,5 pulgadas de aspecto convencional, y una interna de 8 pulgadas; y tanto o más importante, tiene un grosor, cerrado, de 10,6 mm, y un peso de 236 gramos. Pesa casi lo mismo que un Galaxy S24 Ultra (232 gramos) y se las ingenia para ofrecer doble pantalla, una batería de 4400 mAh, una cámara principal de 200 megapixeles (acompañada de un gran angular y un zoom 3x), un chip Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3 for Galaxy, 16 GB de RAM y 512 GB o 1 TB de almacenamiento. Todos los chiches para un equipo que es apenas 1 o 2 mm más grueso que un celular convencional, y otro tanto más delgado que el Galaxy Z Fold6 (12 mm).
¿Es importante lo del groso y del peso? Sí: la idea es que reduzca la penalización que pagamos por llevar un teléfono plegable, de las primeras versiones (que se sentían como llevar dos teléfonos pegados) a estos últimos modelos, en donde el teléfono plegable tipo fold es apenas un poco más pesado que un celular convencional. El mejor ejemplo de lo que se puede lograr es el Honor Magic V3, con el que Samsung queda a tiro con el Galaxy Z Fold Special Edition.
El Honor Magic V3 es hoy el teléfono plegable más delgado del mundo (9,2 mm cuando está cerrado) y uno de los más livianos, con 226 gramos: es lo que pesa un smartphone convencional “grande” (un iPhone 16 Pro Max pesa 227 gramos; un Galaxy S24 Ultra, 232 gramos) y es apenas 1 mm más grueso. En ese tamaño compacto mete una pantalla exterior de 6,4 pulgadas y una interior plegable de 7,9 pulgadas, un chip Snapdragon 8 Gen 3, un combo de triple cámara trasera y lo más notable, una batería de 5150 mAh. Nada que envidiarle a un celular tradicional.
La decisión de Samsung (que durante un lustro fabricante fue el número 1 en ventas de teléfonos plegables en todo el mundo, pero con un 2024 en el que cedió posiciones en al menos un trimestre) de ajustar el diseño de Galaxy Fold, si la traslada a los modelos del año próximo, es una buena noticia: es cierto que perderá cierta singularidad en su diseño, pero los usuarios ganarán usabilidad para la pantalla externa, y eso en el largo plazo terminará siendo mucho más redituable.