A poco más de una semana del cierre de listas, Cristina Kirchner inició contactos para buscar un acuerdo de unidad y evitar las elecciones en el PJ. Ricardo Quintela no le devolvió el llamado, lo que confirmó de momento el desafío del gobernador riojano y elevó la tensión. Con Axel Kicillof activó un acercamiento a partir de un dirigente de buen vínculo con ambos, aunque por ahora tampoco hubo resultados concretos y el mandatario bonaerense no interrumpió su silencio sobre la candidatura partidaria de la ex presidenta.
“Es un mentiroso”, le dedicaron a Quintela en el Instituto Patria por lo que consideraron un desplante, luego de que le hicieran saber que Cristina quería hablar con él y no respondió la llamada, por lo que se acumularon los reproches: por seguir en carrera pese a haber dicho en la intimidad que se bajaría si la ex mandataria iba por el PJ y por transmitir que estaba dispuesto a una charla para explorar un entendimiento y ahora esquivar la convocatoria.
“Vayamos a elecciones. Le vamos a ganar 95 a 5 y vamos a ver cómo vuelve a La Rioja”, lanzaron la advertencia. Además de presentar oficialmente su postulación, más allá de sugerir que quedaba abierto a la búsqueda de un acuerdo, Quintela generó irritación con sus visitas de los últimos días especialmente a Jorge Ferraresi, el intendente de Avellaneda enfrentado con La Cámpora, y a Juan José Mussi (Berazategui).
Ambos integran el grupo de jefes comunales que impulsan una mayor centralidad de Kicillof de cara a las definiciones electorales del año próximo. Como contó Clarín, ante el avance del kirchnerismo en la estructura partidaria -Cristina al PJ nacional, más la continuidad de Máximo en el PJ bonaerense-, esos intendentes avisaron que tendrán a mano la carta de romper y armar un espacio aparte para las legislativas de 2025.
En especial lo fogonean como posibilidad para los cargos provinciales, en las ocho secciones electorales bonaerenses, a partir de lo que evalúan como una ventaja ante la implementación de la boleta única de papel, por cortarse con el nuevo sistema el efecto “arrastre” de la candidatura nacional y la imposición de condiciones de la figura principal (¿Cristina se postulará para diputada?) de la lista.
“La unidad que plantean es sometimiento”, rechazaron los intendentes un encolumnamiento sin reparos a la estrategia y las decisiones del kirchnerismo. “Es muy irresponsable lo que están planteando, van a quedar colgados del pincel”, replicaron en el Instituto Patria, convencidos de que Kicillof terminará alineado con Cristina Kirchner.
Como publicó este diario, durante la sesión del miércoles en la que la oposición no consiguió revertir el veto de Javier Milei a la mejora del presupuesto universitario hubo contactos entre Máximo Kirchner y Victoria Tolosa Paz, una de las que acompañó a Quintela en sus actividades en el conurbano. El ex jefe de bloque le transmitió que Cristina estaba dispuesta a hablar con el riojano. Con Kicillof fue menos auspicioso. “No se puede prescindir de Axel”, contrapusieron desde el sector de Quintela.
Desde el entorno de la ex presidenta aseguraron este jueves que retomaron el contacto con el campamento de Kicillof. En La Plata lo negaron. En silencio desde que su (¿ex?) conductora lanzó el operativo para dirigir por primera vez de manera formal al PJ, el ex ministro de Economía pasó factura por no haber recibido un aviso sobre la movida: “Nos enteramos de todo por Twitter”.
De cualquier modo Kicillof transmitió su predisposición a acordar un esquema de unidad y tomó distancia de las amenazas de ruptura de los intendentes, aunque encadena gestos de autonomía que entusiasman a los que lo alientan en ese sentido. En paralelo a la reticencia a mostrar un alineamiento con Cristina, prepara un acto en Berisso para el 17 de octubre.
La ex presidenta mantuvo conversaciones con Agustín Rossi, Andrés Watson, Julio Pereyra, Juan Manuel Olmos y Víctor Santamaría, entre otros dirigentes, y aprovechó el intento frustrado de voltear el veto al financiamiento universitario para bajar línea sobre los gobernadores peronistas, por la colaboración con el Gobierno del tucumano Osvaldo Jaldo y el catamarqueño Raúl Jalil.
