Un coloso que se convirtió en una fortaleza. Esto representa el estadio Monumental de Maturín para la Selección de Venezuela, que este jueves recibirá a la Argentina campeona del mundo y bicampeona de América con la ilusión de mantener el invicto que arrastra en las actuales Eliminatorias Sudamericanas. Ese escenario, inaugurado en 2007 y con capacidad para 51.796 espectadores -el más grande de ese país-, es el que le permite alimentar la ilusión de clasificar por primera vez en un Mundial de mayores, de la mano del entrenador argentino Fernando Batista.
Desde que Venezuela comenzó a utilizar el Monumental de Maturín como una de sus sedes principales, los resultados han sido notablemente favorables. El invicto durante la actual edición de las Eliminatorias en ese estadio refleja una sólida defensa y un ataque oportuno, que son claves para las aspiraciones mundialistas del país.
En total, la Vinotinto disputó 16 partidos por la clasificación a los distintos mundiales, logrando un 58,3% de efectividad, producto de ocho victorias, cuatro empates y cuatro derrotas.
En el actual ciclo, rumbo a la Copa del Mundo 2026, Maturín no pasó desapercibido y fue gran protagonista de la ilusión venezolana. La Selección de Venezuela ganó dos partidos y empató los dos restantes. En el inicio de la competencia venció 1-0 a Paraguay y posteriormente a Chile por 3-0. Los empates se dieron en los últimos dos encuentros, ante Ecuador y Uruguay, ambos con resultado de 0-0.
En su fortaleza, Venezuela convirtió cuatro goles en su casa y no recibió ninguno, un dato a tener en cuenta para la visita de Argentina, que ya sabe de otras hazañas, como propinarle la primera derrota a Brasil en su casa por este certamen, en noviembre pasado en el Maracaná de Río de Janeiro. A su vez, logró ocho de los diez puntos que posee en la tabla de posiciones, en ocho fechas disputadas.
Una fortaleza militarizada en Venezuela
Mas allá de las estadísticas, hay varios factores que contribuyen al éxito de la Vinotinto en la ciudad. El primero de ellos es la pasión del público venezolano, que llena el estadio en cada partido de su equipo, creando de esta manera, un ambiente hostil para los equipos rivales.
Otro dato a tener en cuenta y uno de los más importante para el bienestar de los futbolistas es el clima tropical de Maturín, caracterizado por las altas temperaturas y su humedad, que presentan un verdadero desafío para los jugadores, como ocurrió en Barranquilla, en la derrota ante Colombia.
Fernando Batista. Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez«Es lindo que la Selección pueda ser vista en todo el país. Nos sentimos cómodos en Maturín, ellos te lo piden. Un estadio muy bonito, está cerca de Margarita. Tenemos un estadio hermoso, de primer nivel. No cualquiera lo tiene. Me gusta el horario, cuando juego a las 21, se me hace muy largo. Y si es a las 16, mejor. Los muchachos que vienen a jugar a Venezuela no están en el calor. Es para los dos. Y cuando vas a jugar al frío, es para los dos. La altura no es para los dos, ahí disiento», explicó Batista, en declaraciones a TyC Sports.
De acuerdo al pronóstico, se esperan 32 grados de temperatura para la hora del encuentro este jueves, aunque la sensación térmica se elevaría hasta los 39°, con 64% de humedad.
Con el invicto que arrastra, la Selección de Venezuela mantendrá como localía a Maturín para el futuro. De hecho, después del duelo ante la Albiceleste, recibirá a Brasil en noviembre próximo. Actualmente se encuentra en el sexto lugar, clasificando de forma directa a la Copa del Mundo que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.
Según pudo saber Clarín, además, en las últimas horas se acrecentó la presencia militar en la ciudad, aumentando los controles en los accesos al estadio. Los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) recorren las calles para intentar evitar manifestaciones, una constante desde la última elección en la que se autoproclamó vencedor Nicolás Maduro.
Además de su nivel futbolístico, Venezuela sostiene la ilusión de llegar a su primer Mundial a partir de la fortaleza en la que se convirtió Maturín.