El movimiento de Cristina Kirchner para involucrarse en la disputa por la presidencia del PJ cristalizó apoyos y también dejó expuestas las divisiones -con desafíos de los díscolos y silencios- y la desorientación del espacio, con la discusión abierta sobre insistir con la conducción de la ex mandataria o abrir paso a una “renovación”, un lugar común en el peronismo en la etapa siguiente a las derrotas electorales.
A dos semanas del cierre de listas, el operativo con el que Cristina Kirchner se metió de lleno en un ámbito al que esquivaba irá decantando hasta que quede resuelto si se concretan las elecciones, difícil por su centralidad y las dificultades logísticas y de financiamiento para organizar la interna, o si hay acuerdo para se proclamen las nuevas autoridades con lista única.
En el medio se conocería la confirmación o ampliación de la sala de Casación de la condena por la causa de Vialidad, lo que en principio no le impediría ser candidata a diputada nacional el año próximo en caso que lo decidiera, salvo que se sancione el proyecto de ficha limpia en tratamiento en Diputados.
Ricardo Quintela, el gobernador de La Rioja que se anotó en la pelea por el PJ, había dicho en la intimidad que se bajaría en el caso de que se subiera Cristina, aunque desde el jueves viene asegurando que seguirá con su plan. “No le gustó nada la forma”, plantearon desde su sector. En todo caso para salir del ring todavía queda tiempo.
“No se puede manejar una cosa tan importante por Twitter. Así es difícil. Después que largan, sentarse a conversar es muy difícil”, cuestionó Quintela en radio Futurock, y dejó al margen de sus críticas a la ex mandataria al atribuir el movimiento a su núcleo de dirigentes: “El que quiera salir que salga, pero que no se esconda ni se ponga bajo las polleras de ella”.
El operativo para instalar a Cristina lo iniciaron Wado de Pedro, Juliana Di Tullio y Mayra Mendoza, y luego sumó apoyos de referentes no tan cercanos. En el Instituto Patria adjudicaron el inicio a una reunión con José Mayans, Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti, en la que el jefe de bloque de senadores le transmitió el aval de Gildo Insfrán y la inconveniencia de que un gobernador como Quintela quedara al frente del PJ. “Hay que respetar la opinión de todos. La mayoría está pidiendo que sea Cristina”, marcaron en el entorno de la ex presidenta.
Axel Kicillof fue uno de los que hizo silencio. Estaba en México, donde asistió a la asunción de Claudia Sheinbaum y se encontró con Lula Da Silva, en otro mensaje con la mirada en su proyección hacia 2027. “Nos enteramos por Twitter, no sabíamos nada. Antes de decir algo tenemos que saber bien de qué se trata”, aclararon cerca del gobernador.
El mandatario bonaerense se había mostrado con su par de La Rioja en la jura de la Constitución provincial, lo que se interpretó como un aval a su postulación para el PJ, aunque ahora en La Plata lo relativizaron. “No era el candidato de Axel. Ricardo salió a caminar y los gobernadores le dijeron que avanzara”, diferenciaron. Kicillof encabezará un acto en Berisso, el 17 de octubre, y este lunes habrá una reunión de la que participarán intendentes de su sector para preparar la organización.
Los jefes comunales alineados con Kicillof encendieron las alarmas por la posibilidad de que, además de Cristina en el PJ nacional, Máximo Kirchner siga al frente del partido provincial. El ex jefe del bloque de diputados había anunciado la intención de unificar las dos elecciones el 17 de noviembre, pero ya se vencieron los plazos y todo indica que continuará hasta fin de 2025.
Quintela tiene previsto visitar esta semana a Jorge Ferraresi -enfrentado a La Cámpora- en Avellaneda y a Juan José Mussi en Berazategui. “El principal obstáculo de la renovación del peronismo se llama Cristina. Es funcional al Gobierno y obtura la posibilidad de construir un frente anti Milei en 2027”, apuntaron del lado de Ferraresi.
Antes del operativo por Cristina Kirchner, circuló que Sergio Massa apoyaría a Quintela a través de la inclusión de Malena Galmarini como vicepresidenta. Fue después de una reunión entre el gobernador riojano con Fernando Galmarini y la propia Malena. “No nos metemos en la interna del PJ”, descartaron cerca de Massa.
