El Tesoro no consiguió refinanciar el total de la deuda en pesos que le vence en algunos días, por segunda vez desde que comenzó la administración Milei, por lo deberá recurrir al colchón de liquidez que armó en meses anteriores para atender parte de los compromisos avanzando en una cancelación por más $2,3 billones de ese pasivo heredado, pago que afrontará con parte de los más de $14 billones que mantenía atesorados hasta aquí.
La posibilidad de que esto ocurriera había sido anticipada por el propio equipo económico, en las transmisiones por streaming que hace de algunas de sus reuniones para comunicar al mercado su evaluación de la situación, ante el impulso que tomó la demanda de crédito del sector privado en un contexto de estancamiento de los depósitos, lo que puso a los bancos (principales demandantes en los últimos tiempos de estos papeles) menos propensos a mantener la elevada exposición que tienen al riesgo público.
Concretamente, captó del mercado apenas $4,78 billones (aunque recibió ofertas por $5,76 billones) cuando enfrenta compromisos de pago por poco más de $7 billones (67,2% de roll over), con la clara intención de no validar mayores incrementos de tasa que los que debió pagar para acceder a los fondos. De esta manera tendrá que “poner el faltante” de $2,3 billones antes mencionado, lo que redundará en un desendeudamiento por ese mismo monto “con el sector privado”, destacó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
“El ancla fiscal y monetaria está generando una devolución de recursos del sector público al sector privado que resulta en mayor crédito a las familias y empresas (”crowding in”)”, explicaron desde el Ministerio de Economía.
Para acceder a los fondos el Gobierno debió validar tasas que fueron del 3,75% al 3,98% mensual (del 45 al 59% nominal anual) en el caso de las Letras de Capitalización (Lecaps) que explicaron el 84% de la captación. Y que, en el caso de los Bonos ajustables por inflación (Boncer) incluso se elevaron del 10,5 al 10,9%, entre 200 y 40 puntos básicos por encima de los precios validados en las subastas previas para estos instrumentos.
Para Quirno, los mayores costos afrontados -que ni siquiera bastaron para refinanciar el total por vencer- responde al “proceso de remonetización en pesos de la economía previsto desde el inicio del programa ya ha comenzado e implica una devolución de recursos del sector público al sector privado”.
“Esto se manifiesta en un aumento de los préstamos en pesos al sector privado del 46% y de la base monetaria del 51%, ambos en términos reales desde fines de abril hasta fines de agosto. Consecuentemente, los bancos tienen una mayor demanda de liquidez que los lleva a reducir su financiamiento al sector público para sostener la expansión del crédito privado de las familias y las empresas. Anticipando estas situaciones, el Tesoro fue acumulando reservas en pesos en su cuenta en el BCRA”, explicó.
La contraparte es que “el Sector Público Nacional No Financiero deja de ser monetariamente contractivo y empieza a ser expansivo en este contexto de la remonetizacion vía crédito. Después no se sorprendan si los precios de los no transables muestran resistencia. No hay chancho gordo que pese poco”, observó al opinar sobre estos resultados por redes el economista Gabriel Caamaño, director de Estudio Ledesma.
El resultado de la subasta confirmó lo que varios analistas habían vaticinado: el elevado nivel de vencimientos por afrontar en el mes (más de $14 billones) complicarían la posibilidad de refinanciación u obligarían a pagar mayores costos por conseguirlo. Finalmente hubo un mix de ambos efectos.
Para tratar de dosificar ese riesgo Finanzas había ofrecido al mercado un menú de 11 instrumentos (número inédito) constituido por 8 Lecaps, 2 Boncer y un Bonte diseñado para la demanda de bancos que lo pueden usar para integrar encajes. Una muestra del estrechamiento en la liquidez que las entidades enfrentan es que este último papel fue demandado por apenas $ 0,54 billones.
El único punto que comienza a mirar el mercado es que las tasas cercanas al 4% validadas (si bien siguen por debajo o empardadas con la inflación hasta aquí registrada) pueden resultar elevadas si el programa antinflacionario del Gobierno es exitoso en bajarla hasta el 2% mensual como es su objetivo declarado. “Es un tema que comienza a preocuparnos en relación a las Lecaps más largas, aunque es probable que sean costos temporales por enfrentar dado que ya no se observan hacia adelante las concentraciones de vencimientos similares a las de este mes”, observaron desde Delphos Investment.