El Papa llegó a Bruselas para una visita hasta el domingo en Bélgica, considerado muchas veces como el corazón de Europa, capital de la Unión Europea y de la OTAN, la alianza militar occidental, y fue recibido por los reyes belgas Felipe y Mathilde en el aeropuerto. Francisco llegó en avión desde el vecino Luxemburgo, donde estuvo solo ocho horas. Allí pronunció un discurso dramático ante las autoridades en las que advirtió de “los trágicos caminos de la guerra que se están viviendo» e insistió en la importancia en estos momento “de las negociaciones y el diálogo” en un contexto internacional extremadamente tenso.
Algunos de los periodistas que lo acompañaron en el avión lo encontraron “visiblemente cansado” y destacaron que por primera vez no recorrió los pasillos saludándolos, pero el pontífice argentino parecía con fuerzas y tranquilo, tras haber estado el domingo y lunes “ligeramente engripado.
El Papa hizo hincapié en el papel de Luxemburgo, un país riquísimo con solo 660 mil habitantes, para construir “una Europa unida y solidaria y dijo que el momento exige “evitar las divisiones y los contrastes y las guerras provocadas por nacionalismos exasperados e ideologías perniciosas”.
El viaje se inició desde Roma esta semana, menos de dos semanas después del viaje más largo de los once años de pontificado de Francisco, en un periplo agotador de 12 días y 32 mil kilómetros por cuatro países del sudeste asiático y Oceanía: Indonesia, Papua Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
Francisco resistió bien la fatiga y mostró un buen estado de salud cuando le faltan tres meses para cumplir 88 años.
La del pontífice argentino fue la primera visita papal a Luxemburgo desde el viaje de Juan Pablo II en 1985.
El viaje del Papa al llamado corazón de Europa es una novedad en un pontificado que proclamadamente prefiere por el futuro que tienen para el catolicismo, las llamadas “periferias” de la Iglesia, frente a la vieja Europa donde el catolicismo ya no crece ni abundan las vocaciones religiosas como antes.
El Papa esta tarde sorprendió a todos cuando salió de su refugio en la Nunciatura Apostólica y con varios miembros de la Gendarmería Vaticana entró en un bar para tomar un café.
Después una larga caravana de automóviles lo llevó hasta la catedral de Notre Dame, en el último acto de su visita a Luxemburgo, donde lo esperaba masivamente el clero local.
La inmigración
Francisco centró su discurso en el problema de los inmigrantes. En Luxemburgo vive casi una mitad de extranjeros y todos los días entran decenas de miles de trabajadores. “Continúen haciendo de vuestro país una casa acogedora para todo el que llame a vuestra puerta pidiendo ayuda y hospitalidad.
“A todos!, todos! Todos!. Repitió. Una religiosa que se ocupa de ellos, la hermana María Perpetua Coelho Dos Santos, le dijo: “Contigo nos comprometemos por una iglesia abierta a todos: universal, sinodal, que llama a todos a seguir a Cristo”.
El Papa le respondió que “frente a una sociedad secularizada y la pérdida de fieles en el corazón de Europa, la iglesia no se repliega en sí misma , triste resignada y resentida, sino que acepta el desafío de redescubrir los valores de siempre por los caminos de la evangelización con una propuesta de anuncio misionero.
Finalizada la ceremonia, el Papa y su comitiva se trasladaron al aeropuerto local, donde lo saludaron los grandes duques Enrique y María Teresa y el primer ministro Luc Frieden. Despué abordó el avión que lo trasladó a Bruselas, la capital de Bélgica, donde permanecerá hasta el domingo.
El Papa va a celebrar los 600 años de las dos Universidades de Lovaina, una de lengua francesa y la otra neerlandesa, consideradas entre las mejores del mundo.
El otro gran tema de su visita es poco grato. La Iglesia belga sufre desde hace demasiado tiempo problemas con clérigos abusadores sexuales. El Estado ha señalado a 18 sacerdotes que han sido sancionados. También hay casos de dos obispos, entre ellos uno culpable de haber violado repetidamente a un sobrino.
En un amplio arco de tiempo algunos estudiosos calculan que las víctimas han sido 1900. Francisco recibirá a quince abusados a quienes escuchará y les hablará. Pero el caso es ha causado serios daños a la Iglesia.