Javier Milei confirmó que vetará la ley de financiamiento universitario apenas horas después de su sanción. La oposición de Diputados va a intentar darlo vuelta pero con la derrota por Jubilaciones todavía fresca -y un poroteo fugaz desalentador- esperaran una mega movilización que los ayude a quebrar los números del Gobierno. “Primero hay que ganar en la calle para después ganar en el recinto”, sentencian.
En abril el Presidente enfrentó su primera marcha multitudinaria, con casi un millón de personas en las calles, justamente bajo la consigna de defensa de la educación pública y las universidades. Fue también su primera “marcha atrás”: pasó de subir una imagen de un león bebiendo una taza con “lágrimas de zurdo” a plantear que eran “causas nobles” con “intereses oscuros” detrás y habilitó una negociación con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para un aumento del 270%.
La presión masiva de la clases medias surtió efecto y en Diputados aseguran que será determinante para lo que viene: ya sea para conseguir los dos tercios y vetar, como para torcer los números del Presupuesto que mande Milei -que empezará a debatirse en semanas- y garantizar mejores partidas para el año que viene.
“Si hay veto, hay marcha” adelantan ya distintas organizaciones universitarias y de docentes. Como el veto todavía no se hizo oficial, tampoco la movilización tiene fecha.
Para la UCR las Universidades todavía son una de sus banderas políticas y bastiones de poder. Estarán al frente de la movida.
«La educación universitaria es una de las pocas cosas que tiene consenso en Argentina de que es algo que funciona bien y Milei lo quiere destruir. Si lo veta va a terminar de confirmar que nada le importa el pasado, como hizo con los jubilados, y mucho menos el futuro, como quiere hacer con la educación pública. Vamos a volver a salir a la calle a demostrar la importancia que esto tiene para muchos de nosotros«, señaló a Clarín la diputada Mariela Coletta , del radicalismo porteño referenciado en Martín Lousteau y el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti.
En Unión por la Patria y la Izquierda también. “Seamos millones en las calles de todo el país para voltear este veto a la educación pública y derrotar todo el plan de Milei y sus cómplices”, lanzó el diputado de Izquierda, Nicolás del Caño.
Los grupos más duros con el Ejecutivo creen que hay que buscar los dos tercios y votar cuanto antes. Incluso si no llegaran a esa mayoría, para que haya un «principio de revelación»: que quede evidenciado cómo votó cada uno.
Para conseguirlo, la clave es romper ese tercio de 87 diputados que el Gobierno ya consiguió para blindar recientemente el veto de Milei a la recomposición jubilatoria. Y en ese sentido, los cinco radicales que se convirtieron en «héroes» para el Gobierno serán nuevamente decisivos.
“Desde nuestro lugar en Diputados vamos a hacer todo para que ese veto no quede firme. Espero que ningún colega se nos escape y todo el bloque de diputados UCR podamos levantar las banderas de la educación pública que siempre defendimos», apuntó la diputada radical pampeana Marcela Coli, del grupo referenciado en Facundo Manes.
La vez pasada, de los cinco radicales de la foto con Milei hubo dos que votaron a favor: Federico Tournier y Pablo Cervi. Los otros tres estuvieron ausentes.
Lo cierto es que los números son más difíciles que para la insistencia de Jubilaciones porque en esa ocasión la oposición había conseguido en la primera votación los dos tercios necesarios. Después perdieron por el «borocotazo» de varios.
Pero la ley de Financiamiento Universitario parte desde más abajo. No tuvo dos tercios: fueron 142 votos a favor, 73 negativos y 5 abstenciones. Sin embargo,como se hizo a las apuradas hubo 35 ausentes, 13 kirchneristas.
Tendrían que perforar el bloque PRO, que en el Senado se dividió con este tema: hubo tres en contra, dos a favor y 1 abstención.
Por eso, parte de la UCR y los federales ven que será más fructífero dar pelea por las Universidades en el marco de la discusión del Presupuesto.
El problema es que no resuelve la urgencia: la ley de financiamiento aprobada es la que garantiza la recomposición para gastos y salarios de acá a fin de año. Lo que se consiga a través del Presupuesto recién será para 2025.
Qué plantea la ley y cuál es su costo fiscal
Como Milei no hizo un Presupuesto 2024, sino que prorrogó el de 2023, el proyecto actualiza los fondos destinados a gastos de funcionamiento de Universidades desde principio de año y con la inflación acumulada de 2023 (un 211%). Y fija ajustes bimestrales por IPC.
También actualiza los salarios docentes y fija una actualización mensual.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) estimó que la norma implicaría un costo fiscal de 0,14% del PBI: $738.595 millones.
