Rusia atacó Kiev con una una poderosa oleada de más de 800 drones y 13 misiles durante la madrugada del domingo y provocó la muerte de al menos dos personas, además de 17 heridos. El ataque, que se da en medio del intento por avanzar en las negociaciones de paz, alcanzó a distintos puntos de la capital ucraniana, entre ellos la sede de gobierno ubicada en el distrito Pechersk y que alberga las oficinas de los ministros.
La primera ministra de Ucrania, Yulia Sviridenko, criticó el ataque del Kremlin y dijo que es la primera vez que un proyectil ruso alcanza uno de los edificios más importantes del gobierno ucraniano con un ataque drecto. “Esta noche, Rusia llevó a cabo otro ataque masivo contra Ucrania. Sí, por primera vez, el edificio gubernamental, el tejado y los pisos superiores resultaron dañados debido a un ataque enemigo”, expresó en un mensaje difundido en Telegram
«El mundo debe responder a esta destrucción no solo con palabras, sino con hechos. Necesitamos reforzar la presión de las sanciones, principalmente contra el petróleo y el gas rusos. Necesitamos nuevas restricciones que afecten a la maquinaria militar del Kremlin”, añadió la funcionaria que lidera el consejo de ministros ucranianos, según informó The Guardian.
El bombardeo dejó un saldo de al menos dos fallecidos y 17 heridos, entre ellos una mujer embarazada. Siete de las personas afectadas debieron ser hospitalizadas debido a la gravedad de sus lesiones, en tanto que otras recibieron atención médica en el lugar. Los equipos de emergencia trabajaron durante la madrugada en la remoción de escombros, el rescate de vecinos atrapados y la extinción de los múltiples focos de incendio provocados por los impactos.
Por su parte, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, precisó que las víctimas mortales son una joven y un niño de menos de un año, ambos residentes en el distrito de Svyatoshyn. En tanto, el jefe de la Administración Militar de la ciudad, Timur Tkachenko, confirmó el incendio en el edificio gubernamental y la intervención de equipos de bomberos para controlar las llamas.
La ofensiva se extendió a diferentes barrios de la ciudad y alcanzó también varios edificios residenciales. Los bombardeos generaron derrumbes parciales y afectaron a vehículos estacionados en las calles, lo que aumentó el riesgo de nuevos incendios.
“Las unidades de la fuerza aérea detectaron y siguieron 818 vehículos de ataque aéreo”, indicó la fuerza aérea en la plataforma Telegram tras el ataque, en tanto destacaron que las defensas aéreas derribaron o neutralizaron 747 drones y cuatro misiles más.
A última hora del sábado, el alcalde Klitschko ya había advertido sobre la inminencia de un ataque aéreo y pidió a los habitantes de la capital mantenerse en refugios. “Activada otra vez la defensa antiaérea de la ciudad”, señaló en su mensaje en redes sociales, al tiempo que exhortó a extremar las medidas de precaución.
En paralelo, el jefe de la región rusa de Voronezh, Alexander Gusev, aseguró que las fuerzas ucranianas lanzaron drones contra su territorio. Según informó, seis aparatos fueron interceptados, aunque el desprendimiento de restos causó heridas a un hombre.
El ataque del domingo es el segundo ataque masivo de drones y misiles rusos contra Kiev en el lapso de dos semanas, mientras las esperanzas de conversaciones de paz se desvanecen.
El ataque se produce después de que líderes europeos presionaran al líder ruso Vladímir Putin para que trabajara en poner fin a la guerra, después de que 26 aliados de Ucrania se comprometieran a desplegar tropas como una “fuerza de seguridad” para el país una vez que terminen los combates.
El presidente ucraniano Volodimir Zelensky expresó que está listo para reunirse con Putin para negociar un acuerdo de paz, e instó al presidente estadounidense Donald Trump a imponer sanciones severas a Rusia para presionarla a poner fin a la guerra.
Con información AFP y AP

