Un avión de la aerolínea Iberia que realizaba la ruta Madrid-París regresó ayer de emergencia al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. El retorno ocurrió minutos después del despegue por el impacto con un ave. Todos los pasajeros y la tripulación resultaron ilesos. La aeronave aterrizó de forma segura y controlada.
El incidente involucró al vuelo 579 de Iberia cerca de las 18:30 del domingo. El piloto solicitó a los operadores aéreos el permiso para regresar al aeropuerto de origen tras un choque con un ave de grandes dimensiones. La autorización se concedió conforme a los protocolos de seguridad. En tierra se montó un operativo especial para recibir a la aeronave.
captura de redes
El avión sufrió daños de importantes dimensiones en su parte frontal. El cono del fuselaje presentó una abolladura considerable que fue visible para las personas presentes en la terminal. La compañía aérea confirmó que la colisión afectó también a uno de los motores.
Iberia explicó la situación en una comunicación con el diario español El País. “El avión sufrió daños de gran tamaño en la parte delantera de la aeronave y en uno de los motores”. La aerolínea además destacó el desempeño de su personal. “Toda la tripulación del vuelo, pilotos y tripulantes de cabina, actuaron con máxima profesionalidad para solventar la situación y atender al pasajero”, agregó la empresa a través de un comunicado.
Uno de los pasajeros, Giancarlo Sandoval, documentó la experiencia en su cuenta de la red social X. Primero publicó un video desde el interior del avión. En las imágenes se lo ve con una de las mascarillas de oxígeno puestas. “Tuvimos que volver a Barajas a aterrizar de emergencia. Todo salió bien. Al parecer, chocamos un ave”, escribió en ese momento.
Horas más tarde, ya desde el aeropuerto Orly de París, Sandoval ofreció más detalles sobre lo sucedido. La compañía reubicó a todos los afectados en otro vuelo. El pasajero describió momentos de confusión dentro de la cabina. “Nadie sabía qué hacer porque había mucho humo. Ardían los ojos, la nariz. No se podía respirar, por lo que fue ahí que todo el mundo comenzó a sacar las mascarillas. Primera vez que me pasa algo así”, relató.
Contó que, una vez en tierra, debieron esperar aproximadamente media hora dentro del avión. Luego les permitieron descender para regresar a la terminal y embarcar en el nuevo vuelo hacia su destino final en Francia.
El incidente pone de relieve una preocupación creciente en la aviación española. En abril pasado, el Real Aero Club de España (RACE) alertó sobre el aumento de colisiones en vuelo con buitres. La advertencia, difundida por la cuenta oficial de Controladores Aéreos de España, solicitaba la adopción urgente de medidas.
El problema se vincula con el notable incremento en la población de estas aves en el país. España alberga el 93% de la población total de buitres de toda Europa. El censo más reciente estima la existencia de hasta 37.000 parejas reproductoras, una cifra muy superior a las 1.500 que tiene Francia.
Según el informe del RACE, la situación es consecuencia de la “falta de seguimiento y de sentido común en las políticas” que regulan su población. Esta circunstancia incrementó la posibilidad de un impacto aéreo de forma significativa en los últimos años. “Lo que podría parecer un azar en un vuelo rutinario se está convirtiendo en un peligro real que afecta a los ocupantes y aeronaves de todo tipo”, indicó el documento del club aéreo.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.