El diputado Peluc, con la sutileza de un elefante en una cristalerÃa, que decir las cosas «como realmente las sentimos, no es inconveniente y no es violencia verbal». ¡Claro que no! Es simplemente la versión polÃtica del «soy bruto pero sincero». Al parecer, la hipocresÃa es un invento del establishment para que no se sepa realmente lo que piensa la gente. O quizás para que no se escuche a un polÃtico decir lo primero que se le cruza por la cabeza sin filtro alguno.
Según Peluc, prefiere a alguien que le «diga la verdad como le salga». Imaginen la escena: «Diputado, su corbata es una cagada y su argumento una mierda». ¡Ah, la sinceridad en su máxima expresión! Parece que la diplomacia es un lujo que solo se dan los que no tienen ganas de romper unos cuantos platos.
En cuanto a las elecciones, la «bajada de lÃnea» desde Buenos Aires (probablemente escrita con sangre y garra de león) es clara: ¡nada de frentes! Se ve que La Libertad Avanza es como ese adolescente rebelde que prefiere ir a la fiesta solo para que nadie le arruine la onda. Aceptarán «adhesiones» de quien comparta sus ideas. Es decir, si estás de acuerdo con cada coma, cada punto y cada exabrupto de Milei, ¡bienvenido! Si no, pues, a la fila de los hipócritas.
Y en medio de todo este despliegue de franqueza, Peluc todavÃa espera la «definición de Producción y Trabajo». Se ve que la sinceridad tiene lÃmites cuando se trata de alianzas electorales. ¡Hay que ver cómo se acomodan los melones en el carro.
Sobre las candidaturas, la orden es lista única y los nombres los define el «partido violeta» (¿será por el color de los cardenales después de una reunión?). Peluc, con una generosidad que abruma, invitó a los aspirantes a que «lo hagan público de inmediato para ser tenidos en cuenta». O sea, «anótense, que después vemos quién le cae mejor al jefe». Entre los nombres que sonaron están los «muchos nombres» que Peluc se reservó el derecho de no nombrar explÃcitamente. ¡La sinceridad tiene sus bemoles!
Finalmente, el diputado Peluc, rechazó la presión de los gobernadores por más fondos. Habló de «despilfarro» y les exigió que busquen «más ajuste» antes de pedirle un peso al Estado Nacional. En otras palabras: «apriétense el cinturón, que nosotros ya lo hicimos (y se nos rompió de tanto apretar)».
Parece que la «no-hipocresÃa» y la «sinceridad brutal» son las nuevas modas en la polÃtica argentina. ¿Será que pronto veremos a los polÃticos decir «no me importa un carajo lo que piensen» en cadena nacional? ¡Solo el tiempo lo dirá!