Resulta que el EPRE, nuestro ente sabio y calculador, hizo un diagnóstico de ese «lujoso» alumbrado: tras sumar y restar con calculadora científica (y bastante paciencia), descubrió que Caucete le debe a DECSA nada más que $465 millones pesitos por alumbrado entre diciembre 2022 y septiembre 2024. ¿Vos pagás la luz cada mes y le seguís debiendo al ex? Bueno, acá la cosa funciona al revés.
Firmaron un acta acuerdo en julio de 2024 para poner orden: crear una comisión, medir cuánta luz realmente prenden esas farolas fantasmas y poner un plan de pago. Hasta cambiaron normativas, porque en el mundo de la política eléctrica, todo se resuelve con reglas nuevas.
Pero, oh sorpresa: después de un montón de reuniones que sirvieron para tomar café y posar para la foto, no se pusieron de acuerdo. Ahora DECSA amenaza: “O pagan, o nos vamos a juicio y con intereses”. Mirando fijo la Ley Provincial 524-A, dispuesta para cobrar por las buenas… o por las malas.
La intendenta Rosas, con más filo que sierra eléctrica, dijo:
“Cobran por 15.000 luminarias cuando en realidad hay solo 5.000 funcionando” . Es como facturarte una cena de 20 platos cuando en la heladera tenés un sándwich.
Y no contenta, lanzó: “Los cauceteros o pagaremos más de lo que nos corresponde”
Dijo que van a hacer su propia auditoría “para demostrar las trampitas” de DECSA. La advertencia fue clara: quieren exponer cada irregularidad, tanto para el Municipio como para el vecino que pague factura.