El primer ministro Benjamin Netanyahu habría anticipado el lanzamiento de la “Operación León Ascendente”, dirigida a sitios nucleares iraníes, mediante una críptica nota colocada en el Muro de los Lamentos el jueves, pocas horas antes del inicio planificado de los ataques.
La traducción más exacta de la frase en hebreo: “עָם כְּלָבִיא” sería “el pueblo como un león”.
El mensaje, que fue revelado al público israelí la mañana del viernes, contenía un versículo de la Torá que inspiró el nombre de la operación de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Citaba el libro de Números 23:24: “He aquí, el pueblo se levantará como un gran león”. El versículo completo dice: “He aquí, el pueblo se levantará como un gran león, y se alzará como un león joven; no se acostará hasta que haya devorado a la presa y bebido la sangre de los muertos”.
Netanyahu ya había hecho referencia a esa cita el año pasado advirtiendo que “Israel se levantaría como un león” contra sus enemigos.
En el Libro de Números, capítulos 23 y 24, se narra la profecía de Balaam, un profeta que fue contratado por el rey de los moabitas, Balac -que vivió alrededor del siglo IX AC-, para maldecir a Israel, pero en cambio los bendijo.
En Números 23, Balaam se encuentra con Balac y, después de varios intentos, profetiza sobre Israel, predicando que serán poderosos y que no podrán ser derrotados. Balaam le dice que Israel se levantará como un león, devorando a sus enemigos. También declara que Dios ha bendecido a Israel y que no puede revocar esa bendición.
En Números 24, Balaam hace más profecías sobre el futuro de Israel, incluyendo la llegada de un líder que traerá justicia y paz. Habla de un rey que gobernará con sabiduría y que no será derrotado.
Junto al primer ministro israelí en el Muro de los Lamentos, también se encontraba el presidente Javier Milei, quien estaba de visita oficial en Jerusalén. Curiosamente, el león, símbolo presente en la nota dejada por Netanyahu y que da nombre a la operación, es también el emblema asociado al mandatario argentino.
Se especula que la visita de Netanyahu al Muro de los Lamentos formó parte de un plan coordinado por Israel para distraer a Teherán antes del ataque a la madrugada.
En los días previos, la Oficina del Primer Ministro orquestó una serie de maniobras de desinformación, que incluyeron la filtración de supuestas estrategias, la creación de una falsa ausencia por vacaciones y el uso de las negociaciones con Estados Unidos como señuelo.
Finalmente, en la madrugada del viernes, decenas de aeronaves israelíes lanzaron una primera oleada de ataques dirigidos contra múltiples objetivos militares y sitios nucleares a lo largo de todo Irán. Estos ataques, coordinados y precisos, apuntaron a centros estratégicos vinculados al programa nuclear iraní y a la infraestructura militar de la Guardia Revolucionaria.
Funcionarios israelíes afirmaron que el ataque fue “preventivo”, aunque no hubo indicios inmediatos de que Irán estuviera por lanzar una ofensiva. En un comunicado, el ejército israelí explicó que actuó “en respuesta a la agresión constante del régimen iraní contra Israel” y sugirió que habrá más acciones, calificando el ataque como “la primera fase”.
Durante esta “primera fase”, los medios estatales iraníes confirmaron la muerte del comandante de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, una baja de gran impacto para Teherán que subraya la envergadura y precisión de los ataques israelíes. Este golpe busca frenar el avance del programa nuclear iraní y enviar un mensaje claro sobre la determinación de Israel de defenderse ante cualquier amenaza.
Entre las víctimas figuran también Gholam Ali Rashid, alto comandante de los Guardianes de la Revolución, y Mohamed Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, así como al menos seis científicos nucleares, según informó la televisión estatal iraní.