Si no se modernizan los servicios mineros van a mirar cómo las sociedades entre chilenos y mendocinos se llevan todo. Y los sanjuaninos a jugar en Iglesia con el baldecito y la pala.
En Mendoza ya comentan en los ambientes económicos lo que muchos piensan y es que San Juan va a enfrentar la aparición muchos más proveedores de servicios mineros de los que ya hay por falta de inversión de los sanjuaninos. Es como una película que se llama «El que pestañea pierde la licitación». Los sanjuaninos, muy renuentes a meterse la mano al bolsillo a la hora de gastar, están siendo los extras mal pagados de esa película de terror que cuya segunda parte se llama «Minería en manos de cualquiera menos sanjuaninas».
Mientras en San Juan seguimos debatiendo si conviene más WhatsApp, Web o el fax para mandar presupuestos, las empresas de Buenos Aires, San Luis, Catamarca, Mendoza y Chile, Perú y Ecuador ya se están llevando contratos, licitaciones y hasta la última gota de café del catering. Y nosotros, con la carretilla pinchada, esperando que alguien nos avise cuándo empieza el partido.
Los servicios mineros sanjuaninos están quedando en el fondo del tarro, mientras las empresas de afuera se reparten la torta como si esto fuera un cumpleaños exclusivo y el mozo no nos viera. Ambulancias porteñas, perforaciones catamarqueñas, proveedores chilenos, catering mendocinos y puntanos ¡Ya falta que vengan con su propia banda de cuarteto y nos cobren entrada para laburar en nuestra provincia! En la licitación del servicio de salud del proyecto Josemaría, se presentaron cinco empresas: cuatro locales que conocen el terreno mejor que las cabras sanjuaninas, y una de Buenos Aires, Emergencias 107, que seguramente llegó con el GPS todavía gritando “¡Recalculando!”. ¿Y adivinen qué? Se la adjudicaron a la porteña.
O sea, vinieron desde la tierra del obelisco, tiraron un dibujo hecho a mano con una BIC, con dos ambulancias y una foto del SAME, y les dijeron: “¡Pónganse a un lado, provincianos, que acá llegó la salud con acento de la calle Corrientes!”. Las empresas locales se quedaron con el estetoscopio metido en el traste y la cara de “¿qué pasó acá?”.
Porque claro, cuando hay que dar servicio en la alta montaña, ¿a quién no se le ocurre confiar en una empresa que tiene que googlear qué es el apunamiento mientras les tiembla el pulso de tanto oxígeno que falta? También estos muchachos de Josemaria para el mantenimiento del camino a la explotación, se lo adjudicaron a la puntana Semisa (Empresa muy cercana los Rodriguez Saa y a un íntimo intimísimo amigo de ellos en la política acá en San Juan). Hay una sociedad en un 5% con la empresa Terusi, pero los Canada Dry boy´s dejaron afuera a Dumandzic , Federico y Mapal. Con Dumandzic se congraciaron nuevamente a traves de la concesion a Zlato para otro mantenimiento.
Ahora según dicen, los empresarios de servicios mineros de San Juan son caros, lentos y poco competitivos. Lo mismo que decían del módem de 56k en los 2000. Pero acá hay algo más: sin previsibilidad, ni inversión, no hay milagro que los salve. Es como querer correr el Dakar en una Zanella 50 sin frenos.
Algunos proveedores piden un instrumento que respalde al proveedor local, quedamos dependiendo del humor de la operadora de turno. Y desde el otro lado del mostrador te contestan que con respaldo o sin respaldo los sanjuaninos no tienen volumen ni quieren invertir para el gran model de minería que se viene, es decir, ni quieren ni tienen capacidad Ya sabemos que algunas empresas mineras son más cambiantes que el dólar blue.
Encima, cuando se les pregunta por qué eligen a otros, te responden con esa frase mágica que todo lo justifica: “cuestión de costos”. Las mineras responden que traer una empresa de Chile, alojarla, alimentarla y ponerle TV paga, sale más barato que contratar al vecino de Albardón que hace lo mismo, pero sin el acento.
La conclusión es clarita como agua de deshielo: o San Juan se moderniza, invierte, se organiza y se planta, o va a terminar siendo espectador VIP de su propio saqueo minero. Y como dice el viejo refrán minero: el que no perfora, se lo perforan.
Y ojo, que no todo es culpa de los de afuera, ¿eh? Porque nuestros empresarios de servicios mineros también tienen lo suyo: algunos siguen ofreciendo servicios con PowerPoint del 2007 y camionetas que rugen más que arrancan. Quieren contratos millonarios, pero no invierten ni en cambiar la silla rota de la oficina. ¡Así no, campeones!
Piden previsibilidad pero cuando los llaman para una licitación, tardan más en contestar que un adolescente en ordenar su pieza. Hablan de modernización, pero algunos todavía creen que «transformación digital» es pasar el logo a PNG. Y después se quejan porque les ganan empresas que llegan con drones, inteligencia artificial y aplicaciones que miden hasta el viento en inglés.
Muchachos: si queremos competir, hay que dejar de sacarse selfies en los foros mineros y ponerse a laburar. Porque si siguen fabricando humo, en cualquier momento viene una empresa canadiense, embotella el humo y se lo lleva también.
Esto pasó en todos los campos porque la tecnología cambia cada 6 meses y hay que adecuarse. El periodismo cambió. La forma con que hoy la gente se entera de las noticias cambió y así tuvo que cambiar el viejo periódico de papel. La educación no cambió adecuándose a las nuevas formas en las que el educando aprende con nuevas herramientas y así nos va en las evaluaciones. Si las empresas de servicios mineros no se adecúan desaparecerán.