
A 41 años de aquel juicio histórico, es fundamental recordar con equilibrio lo sucedido, entendiendo que ningún fin justifica los medios cuando se trata de vulnerar derechos humanos. El camino hacia una sociedad más justa requiere reconocer tanto los crímenes de quienes, desde el poder estatal, utilizaron el aparato represivo como de quienes, desde la violencia insurgente, también sembraron el terror. La memoria, en su totalidad, es clave para no repetir los errores del pasado.